- Que no requieran el uso de aceite o que empleen aire caliente: Los alimentos pueden ser fritos, cocidos e incluso horneados con la utilización de muy poco o nada de aceite.
- Que incluyan accesorios: Las freidoras industriales más modernas cuentan con un cestillo para sacar los alimentos del aceite y permitirles que escurran; alarmas audibles; mecanismos automatizados para elevar o sumergir el cestillo en el aceite; dispositivos para evitar que los restos de harina u otro material empleado en el rebozado se quemen en el fondo de la cubeta.
- Diseño innovador: Cuentan con sistemas de ventilación para mitigar el olor, filtros de aceite que prolongan la vida útil del artefacto así como controles de temperatura, mecánicos o electrónicos, para mayor comodidad del operador. Pueden ser fabricadas en acero dulce o inoxidable. El primero suele dilatar con el calor, lo que acorta la vida útil del equipo. El segundo es más resistente a la corrosión y a las manchas.
- Pueden emplear gas o energía eléctrica: Los modelos a gas calientan más rápidamente y alcanzan mayores temperaturas de trabajo, pudiendo ser alimentados con gas natural o propano, que suelen ser más baratas que la electricidad.
- Hay modelos encastrables, de suelo y baterías con un sinfín de elementos. Los modelos de suelo pueden llevar ruedas, a fin de facilitar su movilización, mantenimiento y limpieza.