Disminuir la velocidad del tráfico sin dañar los autos

Los que conocen de vehículos saben el impacto negativo que ocasionan los reductores de velocidad y los bolardos. Estos dispositivos aparentemente inofensivos   colocados sobre la superficie de calles o avenidas, cuyo fin es mantener las velocidades de circulación reducidas en ciertos tramos de la vía, son los enemigos número uno de los sistemas de amortiguación, principalmente aquellos de concreto o asfalto.

Cuando se desee implementar un dispositivo de este tipo, la recomendación es hacerlo mediante aquellos prefabricados elaborados en hule, que perfectamente cumplen su función pero sin ocasionar tanto daño a los autos. Otra ventaja, es que los materiales empleados para su confección garantizan la estabilidad, unión a la calzada, durabilidad y lo más importante, no se deforman.

Características básicas

• Son fabricados en caucho o derivados y materiales plásticos
• Se sujetan a la capa de rodadura mediante tornillos o adhesivos químicos que garantizan una completa fijación
• Se componen por lo general de módulos que se ensamblan y fijan al pavimento in situ
• Los tornillos de fijación quedan perfectamente embutidos en el reductor, es decir, no sobresalen con respecto a su superficie
• Se adaptan a cualquier tamaño que se necesite
• No necesitan de instalaciones complicadas y se pueden adquirir fácilmente en tiendas físicas o sitios web
• Son ideales para delimitar zonas escolares, de iglesias o donde el flujo de personas a pie sea constante y elevado ayudando a prevenir accidentes.

Seguridad y durabilidad

Los reductores de velocidad prefabricados son seguros tanto para los automóviles como para los peatones, ya que son anti resbalantes. Soportan las altas temperaturas de las superficies del suelo y los rayos solares sin deteriorarse, por lo que duran muchos años. Una vez instalados no necesitan de mantenimiento alguno, por lo que representa una única inversión de dinero.