En las últimas décadas han sido bastante frecuentes los Fondos buitre, aunque se maneja en el ámbito financiero, el término se origina por el ave que lleva su nombre, haciendo referencia a la manera en que vigila y espera astutamente a su presa. Estos fondos, también conocidos como capitales de riesgo, son inversiones que se realizan, no solo a estados, sino también a empresas y entidades públicas que se encuentran al borde de la quiebra.
Las personas o entidades que participan en estos fondos de inversiones, técnicamente, compran una deuda, ya sea en forma de acciones o el título completo de la empresa que se encuentra en mal estado económico. Estas transacciones se realizan a un precio muy bajo, con respecto al valor nominal, con la intención de tomar acciones jurídicas cuando la empresa o el estado se recuperen, e intentar obtener hasta el 100% del valor de los bonos.
Los fondos buitre fueron otro gran fenómeno económico, de los que se vivieron en España durante el año 2013. Éste tipo de especulaciones opera de una manera sencilla que solo busca obtener activos al menor precio posible, por lo que es común entre los oportunistas. La mayoría de las transacciones de éste tipo han sido de corto plazo, obteniendo beneficios del 20% al 30%, técnicamente, de manera legal.
Éste tipo de gestiones de inversión libre afecta directamente, no solo la división de inmobiliaria, sino también el mercado español de viviendas a largo plazo. Aunque, como se esperaba, no existieron repercusiones inmediatas, gradualmente se han ido considerando soluciones sencillas para que distintos mercado no se vean afectados por el método de los fondos buitre u otros similares.
Existen numerosos procesos judiciales enfocados en éste tipo de fondos, todos utilizando el mismo modo de operación. Aparte de España, Argentina y Panamá, también han visto de cerca como el “mercado de oportunistas” crece constantemente.
