Hay indicios de que los niños jugaban con casas de muñecas desde la época del imperio romano e incluso más allá, encontrándose restos arqueológicos con piezas de menaje en miniatura como platos y cacerolas de barro o metal.
Las casas de muñecas han sido el sueño de muchas niñas que hoy en día son adultas, y que tienen este tipo de aficiones como coleccionistas, siendo este un negocio para los fabricantes de juguetes.
Una casa de muñecas es más que un simple lugar con el que jugar, componen una vista en miniatura de la vivienda ideal. Hay verdadera obras de arte que representan mansiones con pisos de hule o incluso de pequeños baldosines con los que se decoran los baños y cocinas. Estas estancias se completan con mobiliario a escala y con todo tipo de enseres que hacen de cada una de las habitaciones un lugar único en el que soñar con vivir algún día.